Dahlias

La dahlia o dalia es una flor originaria de México y Centroamérica. Fue vista por primera vez por los españoles hacia 1525 y descripta por diversos naturalistas y botánicos en los años siguientes. Es una planta tuberosa, como la papa, y sus tubérculos son también comestibles y muy nutritivos.

Por su tallo hueco, los nombres nativos eran atlcotlixochitl o acocoxóchitl, que significa “flor de tubo de agua”. Los aztecas usaban los tubérculos como alimento pero en Europa solo se estableció como planta ornamental. Desde 1963 es la flor nacional de México y desde 2007 se celebra el 4 de agosto el día de la dalia.

En Madrid se empezó a cultivar en el Real Jardín Botánico de Madrid por el botánico Antonio José Cavanilles, que la bautizó en homenaje a Andreas Dahl, un naturalista sueco alumno de Karl Linneus. Cavanilles regaló semillas y tubérculos de varios especímenes a botánicos y amantes de las flores de otras cortes europeas y así la planta se extendió por todo el viejo continente.

Hay una enorme variedad de dalias, de muchísimos colores. Esto se debe principalmente a su complejidad genética. La Dalia tiene ocho pares de cromosomas, mientras que la mayoría de las plantas tiene sólo dos. En la Dalieda de San Francisco, un jardín botánico dedicado a las dalias en Madrid, se puede disfrutar de todas sus formas y colores.

Como es una flor de clima cálido, los tubérculos no sobreviven en la tierra en lugares donde hiela, por lo que en Los Antiguos los desenterramos en mayo, los conservamos a una temperatura adecuada y los volvemos a plantar en septiembre. De cada tubérculo nace un arbusto que da entre ocho y diez flores.

Es una flor muy decorativa y romántica pero que dura poco en los floreros, así que se recomienda especialmente para arreglos florales efímeros y para plantar en el jardín.

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